Rocky IV: ¡Fuerza y honor para el 2008!

Vuelvo a Soluciones despues de darme un pequeño paseito por la blogosfera y... ¡Joder, me ha encantado! He visto a todo el mundo super-combativo, posts de gente resuelta, de gente dispuesta a tomar las riendas de su vida y disfrutar de ella. Me parece genial.
Empezar un año es como hacer borrón y cuenta nueva. Delante de nosotros se presenta un lienzo en blanco retándonos a que consigamos nuestra mejor obra, concediéndonos 365 dias, ó 366 en este caso, para ello. Es una nueva oportunidad. En mi caso, como ya dije, no sé como saldrá la cuenta nueva, pero el borrón lo he hecho, y bien hecho, en Nochevieja :)

Por supuesto, sr. Miyagi también ha hecho sus propios propósitos. Este año puede ser muy importante y no puedo ni debo despistarme ni un momento. Entre otros, mi propósito principal es un poco de disciplina oriental que me ayude a conseguir mis objetivos. Habrá que dejar un poco aparcados los excesos para dar paso a mi nuevo lema: ora et labora. También, reservaré un poco de tiempo para el blog y para hacer deporte porque, mens sana in corpore sano.

Para ilustrar todo lo que digo con imágenes se me ha ocurrido poner un vídeo que recuerdo con cariño de "mis tiempos de chico". Cuando era pequeño, a menudo me quedaba en casa de mis abuelos maternos y veía pelis con mi tío. Preferiblemente pelis violentas de los 80. Recuerdo que nos tragamos la saga de Rocky varias veces. A mí me encantaba Rocky IV, en la que Rocky se enfrenta a Ivan Drago el temible ruso de hielo. Especialmente me gustaba la parte previa al combate, la del entrenamiento.

Ahora, por supuesto, veo la peli con otros ojos. De pequeño no me daba cuenta de la escalofriante "guerra fría" que subyace en cada escena. Pero, qué coño subyace, si es que no te puedes tomar en serio la pelicula... Parece dirigida por un economista capitalista. Realmente, da asquito. Si la viérais me daríais la razón. Pero tú te crees, "el Rocky" partiendo leña, tirando de un trineo como un perro ¡Vaya tío más mulo! Éste tío no tiene ni idea. Y la gente pagando gimnasios para hacer ejercicios completos y sin lesiones... ¡A la mierdaaaaa! ¡Aaaaarrrrrr!
Bueno, ya está, que me pierdo. El caso es que de la película todavía me quedo con la banda sonora, ese temazo progresivo superochentero, y con el espíritu de sacrificio que me inculcó. Ya te digo... A la mañana siguiente salía corriendo al patio de la casa dispuesto a entrenar a muerte.

Así que, amigos blogueros, espero que hayamos cogido muchas fuerzas y que luchemos todos mucho por los propósitos que nos hayamos marcado ¡Y que los consigamos! ¡Fuerza y honor!